Malditas Pedrocheñas : Ruta roja, por su distancia y por el final. De escasa dificultad hasta Alcolea, pero de gran dificultad desde allí hasta Cerro Muriano. Según el ritmo que llevemos.
Distancia:
30 km desde la estación de AVE en el Vial.
29,62 km desde Romero House.
26,5 km desde las cocheras de Aucorsa, punto de encuentro habitual.
Desde el Ave, posible punto de encuentro, hasta la Aucorsa hay 3 km y medio por el Vial Norte.
Desde la Aucorsa tomamos por el camino paralelo a la carretera por debajo del puente, por la Campiñuela Baja, donde dejamos el asfalto y tomamos el camino convertido en andadero pegado al canal del Guadalmellato. Lo recorremos hasta el cruce de la vereda de la Alcaidía, antes de llegar a la UCO-Rabanales, antigua Universidad Laboral.
Recorremos el primer trecho de la vereda de la Alcaidía, para desviarnos a la derecha en el primer cruce de caminos, porque nuestra intención es pasar por Alcolea primero.
¡Ojo! Entre Alcolea y Cerro Muriano, a medio camino, podremos encontrar una valla cerrada próxima a la finca de la Armenta y Choza Reonda, porque pasa por una finca privada. Por lo tanto es más seguro el camino de la Vereda de la Alcaidía que pasa por las ruinas del cortijo de la Alcaidía. Aunque esta dificultad a nosotros no nos afecta porque Romerillo es familiar del propietario y tiene llave.
La subida por la Parcelación del Sol es por una empinada carretera de la urbanización. Hasta que salimos arriba al campo por la berja de la finca de la Tierna, que está abierta. Allí empieza propiamente la vereda de las Pedrocheñas.
El camino es precioso, pero un poquito rompepiernas, con continuas subidas y bajadas, más subidas que bajadas.
Especialme hermosas resultan las vistas a la derecha, por lo alto de los cerros, del espectacular embalse de Navallana y sus enormes ramales.
Resaltar los dos últimos kilómetros antes de la llegada a Cerro Muriano, por las antiguas minas de cobre, una subida de gran porte, que pasa junto al símbolo de la población, la Piedra Horadada, una roca gigante con incrustraciones de cobre con un agujero en medio.
Nuestra llegada debemos tenerla prevista antes de las 12,45 h. que sale el bus a Córdoba. El siguiente pasa una hora más tarde. Teniendo dos puntos de salida; una en el centro, frente a un bar, y otra a las afueras hacia la carretera de Córdoba.
Nuestra ruta:
Tiempo invertido:
Desde Romero House por Romerillo: 5 horas y 20 minutos.
Desde la Aucorsa: 4 horas y 50 minutos.
Una sola parada en la esplanada anterior a las minas de Cerro Muriano, faltando sólo 2 km para llegar. Donde descansamos unos breves minutos mientras tomamos una pieza de fruta, traida para la ocasión.
A una media de 5,4 km/ hora. aprox. Teniendo en cuenta que en las 4 primeras horas habíamos recorrido ya 24 km, manteniendo por tanto un inusitado ritmo de 6 km/hora. Todo debido al retraso del tito, que se debía recuperar para no llegar tarde al bus de las 12,45 h. en Cerro Muriano.
Antes de las 11 de la mañana estábamos a sólo 3 km del final. Y aunque nos restaba la última gran subida a las minas por la Piedra Horadada, decidimos bajar el ritmo y parar un poco para descansar y comer un poco de fruta. Terminando nuestra dura jornada despacito hasta el final porque no hacía ya falta correr tanto y además el tito llevaba ya incluso algunos síntomas de acalambramiento en las piernas, de la dureza impuesta en el recorrido.
La previsión del tiempo era del 90% de lluvia abundante. Sin embargo no nos empezó a llover hasta cerca de Alcolea. Y sólo nos chispeó un poco. Con el chubasquero y la bolsa para la mochila fue suficiente. El desgastado calzado de los senderistas aguantó de nuevo una jornada más sin traspasar. Lo que aplaza otra vez el cambio hasta el invierno que viene, si la benigna primavera no se transforma en pertinaz. Bendita austeridad.
Cuando descansábamos plácidamente a cubierto en el bar empezó a llover intensamente. Pero nosotros nos mojamos poco. Los pantalones de andar ya estaban secos. Y un par de camisetas de recambio, una buena tostada con café con leche calentito y un buen zumo de naranja natural, nos dejaron como nuevos. Al menos de momento, porque en las piernas notamos las agujetas un par de días.