Panorámica del tito en la vereda de Linares al amanecerLa ruta del Camino a Cerro Muriano
 

Camino de Cerro Muriano

18 km (2 de septiembre 2012)

Romerillo en la casita del tren

Volvemos de las vacaciones y retomamos nuestras buenas costumbres. Comenzamos con una ligera pero sabrosa ruta de sólo 18 kms. Pretendemos llegar a Cerro Muriano a las 11,15 h. de la mañana para coger el autobús de vuelta a Córdoba, camino de la Alcaidía y el Santuario de Linares para llegar por la Calzada Real Soriana.
Recojo a Romerillo de su casa en el Vial Norte a las 7 h. y me lo llevo a la estación central de Aucorsa, en el Polígono de Pedroches, centro estratégico de muchas de nuestras salidas.
A las 7 y cuarto estamos andando. Rumbo a Cerro Muriano, dirección Alcolea, por las casitas de la Campiñuela, hasta entrar en el sendero próximo al canal del Guadalmellato, por el segundo puente. Por el que andamos un par de kilómetros con una magnífica temperatura.
La conversación versa inevitablemente sobre las vacaciones. En esta ocasión fueron satisfactorias a pesar de ser en familia.

Romerillo en su Mezquitilla adoptiva no solo descansó sino que tuvo la oportunidad de explorar alguno de los numerosos senderos del Este de la Sierra malagueña, de mayor altitud pero menor belleza y frondosidad que nuestras Mágicas Veredas Cordobesas. Mientras su tío disfrutaba en familia de los caminos entre inmensos castañares por la Sierra de Gata, en la zona más recóndita del Norte de Extremadura y sus límites con Portugal.
Cuando acordamos estábamos ya en el puente que sirve de cruce con el camino del Campus de la UCO, que dejamos a la derecha para seguir de frente. Allí son 5 kms., que nosotros hicimos en sólo ¾ de hora. Lugar donde empieza la Vereda de la Alcaidía.
Tras pasar un frondoso puente comienza una pequeña cuesta pedregosa que en bici resulta más dura que andando, hasta que en un par de kilómetros más llegamos al cruce con la Vereda de Linares que la atraviesa. Nosotros, al pasar una valla la tomaremos hacia la izquierda, pegados a la alambrada que nos separa de un hermoso y abundante ganado vacuno. Hasta llegar a otra valla que franquearemos a unos metros más allá en el sentido contrario.
Desde allí hasta el Santuario son 3 kms. y medio por un camino apenas hollado por los más atrevidos, pues aquella senda discurre por algunos tramos de cierta dificultad; algunas cuestas muy pronunciadas y, ya llegando al recinto del santuario, unos metros por el curso de un antiguo arroyo seco que es un auténtico pedregal, molestia del viandante y tormento de los pocos ciclistas que por allí osan atreverse a circular. Por lo demás aquella parte solitaria contiene bellezas diversas; desde un tupido paisaje con abundancia de árboles, arbustos y matorral, pasando por un inusitado paraje lunar con abundancia de pequeñas piedras y rocas sueltas, llegadas de no se sabe dónde, hasta las magníficas vistas del gran valle al subirnos por aquellas altas laderas que comunican con el valle próximo del santuario.
Al santuario se sale por el lateral de una pequeña valla que nos cierra el camino a la carretera. A partir de aquí giramos a la derecha y encontramos un gran cartel que nos indica la ruta hasta Cerro Muriano, llevamos 10 kms. ahora. Se trata de la Calzada Real Soriana, una de las vías de acceso más importantes de la Córdoba antigua, de la España anterior a las carreteras y al coche de motor.
Recorremos la zona típicamente “perolista”, desviándonos en la bifurcación por la izquierda según nos indican las flechas amarillas, indicador típico del Camino de Santiago, pues estamos en pleno Camino Mozárabe. Allí, contrariamente a lo que cabría esperar, el camino se vuelve empinado y abrupto. Tenemos unos primeros kilómetros difíciles, donde los ciclistas suelen echar pie a tierra por la gran dificultad del terreno. Pero poco a poco las piedras dejan paso a las grandes rocas, que dejan visible la antigua vía romana, que aprovechaba las enormes rocas del lugar. La senda se ensancha y suaviza hasta convertirse en una auténtica autovía para los andarines y los mountain biker, que descienden por allí como por un espléndido tobogán. Hasta llegar a la misma carretera del Muriano, la que bordeamos solo unos metros para penetrar de nuevo a la derecha por un antiguo apeadero del tren, donde aún se conservan los raíles, la bonita casita del guarda y un sendero de piedras del lecho de la antigua vía del ferrocarril. Una hermosa estampa de un tiempo no muy lejano.
Seguimos las piedras de la vía del tren hacia la izquierda, entre un pasillo de rocas con flechas amarillas pintadas (ya no nos podemos perder con las flechas). Salimos finalmente por el carril entre jaras y flores silvestres de nuevo a la carretera, donde ya oficialmente nos anuncian con un poste de señalización vertical que andamos por la senda del Camino de Santiago. Allí cruzamos la carretera hacia el último tramo del camino, dejando el altar de una virgencita a la derecha sobre un montículo, Mª Auxiliadora, de cuya devoción da muestra su nutrida escolta de flores. Desde allí hasta la parada del autobús de Cerro Muriano son exactamente 2 kms.
Pero ojo, nos enfrentamos a un tramo final de fuerte pendiente, el primero bastante largo y el segundo, más corto, de una dureza proverbial. Los lugareños y ciclistas de montaña han llamado a este pequeño repecho “El Arrastraculos”; por algo será. Pero son cien metros o menos, un apretón y listo. Es más peligroso para abajo porque es muy fácil escurrirse y caer, ya saben, arrastrando el trasero.
Superada esa última dificultad llegamos a una finca que llamamos “descansadero”, pues dispone de una especie de ambigú -cerrado- y un lugar propio para sentarse y descansar un poquito. Si no llegáis tarde al autobús, pararse allí es un verdadero gustazo, acompañando el momento con un buen trago de agua o bebida isotónica y una piececita de fruta.
Terminamos dejando a la derecha la Ermita de la Virgen de los Pinares, un lugar tranquilo al que se llega por una empinada cuesta, donde poder parar si vais con tiempo a dar gracias por darnos fuerzas para recorrer estos maravillosos parajes. Descendemos hasta el pueblo entre altos pinos. En la misma rotonda a la entrada del pueblo está la parada del autobús de línea regular y en el centro del pueblo, 500 mts. más allá, la parada inicial.
Los fines de semana y festivos parte desde allí hacia Córdoba a las 11,15 h. Y si se os hace tarde o salís un poco después que nosotros, el autobús siguiente sale a las 12,45 h. y cuesta como cualquier autobús de línea aquí en la Ciudad, algo más de 1€. Es todo lo que necesitáis para disfrutar de esta encantadora ruta de calentamiento que inicia nuestra temporada de senderismo por las Mágicas Veredas Cordobesas.
¡Buen Caminoo!

 

Documentos adjuntos a esta publicación

Una encina en la vereda de LinaresRomerillo en la vereda de LinaresCómo resopla el titoRomerillo en marcha por el andén El tito en la calzada Real SorianaRomerillo junto a las flechas amarillasTío y sobrino en la para del bus del Muriano
 
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