Sinopsis: La novela es la narración que hace el marinero Marlow de su viaje remontando el curso del río Congo, a través de las selvas africanas recién descubiertas por Occidente.
Un viaje organizado por una sociedad dedicada al comercio del marfil, para encontrar a Kurtz, su mejor agente, que se haya enfermo en las profundidades del continente africano, a cargo de una estación comercial, donde se ha establecido e impuesto su demente disciplina y donde es adorado como al auténtico rey del lugar. Se trata de un duro viaje en un pequeño vapor capitaneado por Marlow, entre la densa espesura habitada por las salvajes tribus autóctonas. Un viaje simbólico a la vez donde los valores morales y la propia vida han perdido gran parte de su sentido.
Comentario: El corazón de las tinieblas es una novela corta que Conrad publicó en 1.898 por entregas y en forma de libro en 1.902.
Está considerada como una de las obras maestras de la literatura universal. Reconozco haberla leído por dos razones; por ser uno de los libros escogidos por Borges para su biblioteca personal y por estar incluido en la mayoría de listas de los libros más importantes de la historia.
Y yo me pregunto (como el otro Joseph), ¿por qué?:
La calidad literaria es indudable. A pesar de que Conrad nació en Polonia y no aprendió a hablar bien en inglés hasta los veinte años, la novela está escrita con un estilo depurado y preciso, tal vez intencionadamente denso. Para lectores que les apetezca saborear la intensidad de las expresiones y la riqueza de sus matices. Mi libro de Alianza Editorial de bolsillo tiene 185 páginas, incluido un pequeño prólogo y unas notas finales. Por lo que no debemos tratar de devorarlo como a un libro de aventuras, con el que comparte solo aparentemente algunos aspectos externos; el motivo narrado, el narrador y personaje principal y la biografía del autor.
Porque El corazón de las tinieblas es además, principalmente, un relato simbólico e impresionista de la condición humana. El texto, como la propia vida, como nuestro destartalado vapor, va penetrando por las oscuras sendas del río y afrontando peligros desconocidos, sin apenas habernos dado cuenta de ello.
El escritor va trazando a grandes rasgos, a grandes pinceladas impresionistas, la tremenda realidad que nos envuelve, con una brutal crudeza, con aparente frialdad, pero sin tregua, sin puntos aparte siquiera. El lector, como Marlow, como el hombre mismo, se ve inmerso sin saberlo, de improviso, en un inquietante camino para desarrollar una misión ni buscada ni querida, pero que no puede eludir. Por tanto podemos encontrar en el autor un concepto bastante negativo de la condición humana, especialmente de la naturaleza humana sin civilizar. Conrad, como hombre de su tiempo, no tenía un concepto elevado de los nativos africanos, a los que conoció y padeció en los diferentes viajes que realizó, siguiendo las rutas recién abiertas por Stanley para el rey Leopoldo II de Bélgica.
Conrad, que nunca quiso renunciar a su independencia personal y literaria, conjuga aquí esta visión kantiana de tipo determinista con algunos toques nihilistas que confieren a su obra cierto aroma romántico, que él no negó y que supo explotar a lo largo de su propia vida.
Todo esto hace de nuestra novela una de las cumbres de la literatura inglesa y universal.
A su difusión ha contribuido el éxito desde su estreno en 1.979 de la película Apocalipse Now, de Francis Ford Coppola, cuyo guión trasladó al Vietnam invadido por los soldados norteamericanos la acción de la novela. Pero en esencia la película refleja perfectamente el ambiente de opresión del texto, las inquietudes del protagonista Martin Sheen, el Marlow de Conrad, y la demencia perturbadora del endiosado Marlon Brando, interpretando magistralmente al agente Kurtz.
Dos obras maestras sobre la paranoia de la vida del hombre, que han pasado a la historia por sugerir más de lo que dicen, por su calidad intrínseca, su cuidado estilo y su carácter rompedor.
Guerra a la vulgaridad.