El Puente de Hierro
 

El peligro de los excesos

Capítulo 5: Las lesiones hacen peligrar el Camino

Romerillo en el santuario de la Fuensanta

Por mi parte, después del día infausto de las Clásicas Veredas Cordobesas continué andando en solitario, llegando incluso a hacerlo entre semana, los lunes y miércoles entre las siete y media y las diez de la noche, de diez a quince kilómetros. Y fenomenal, sin dolores ni apenas molestias ya. Cada vez con más fuerza y con mejor estado de forma.
Un día descubrí nuevos senderos alrededor del santuario de Santo Domingo, donde, guiado por las apariencias del socorrido Google Earth, en lugar de encontrar veredas, hallé en su lugar inexpugnables cortafuegos. Otro día por el arroyo Pedroches, por donde sucedió mi infancia, encontré un precioso sendero desde el barrio de Fátima por el Puente de Hierro, el Castillo de Maimón hasta Santo Domingo, un sendero que yo desconocía entre arbustos y frondosa vegetación. –Ese camino que hace año y medio yo ignoraba es uno de los más importantes de nuestras Mágicas Veredas Cordobesas-.
Recientemente también descubrí el paso que circunda el pico de Torreárboles, para evitar su subida, aunque ese tramo incluye algunas pendientes dignas también de consideración, por lo que atravesar ese mítico lugar –el Everest de nuestra sierra- inevitablemente será siempre un reto.

Tan bien me encontraba estos días que decidí el lunes pasado sacarme otro bono de atletismo en el Campus Universitario de Rabanales, para empezar a correr en la pista de “tartán” o por el césped de los campos de fútbol, que es más blando aún, aprovechando que mi querida esposa está lesionada y puedo salir todos los días una hora al menos, con la idea de ir acostumbrando a mi organismo a lo que le espera en el Camino de Santiago, donde tendré que andar 30 km un día tras otro.
Calenté diez minutos y corrí despacito otros diez: sin problemas. Hice una serie de abdominales y decidí correr ¡media hora! Pues la verdad es que, aunque cansado, no me dolía la rodilla en absoluto. Así que hice más abdominales, estiré un poco para terminar la sesión y lo dejé.
Al día siguiente me fui a andar por el camino de Pedroches, donde por cierto me encontré con mi amigo José Antonio C., gerente de una importante firma inmobiliaria, así es que hicimos el recorrido juntos charlando, nada, un par de horitas nada más, nueve kilómetros. Pues al día siguiente ya me molestó la rodilla e incluso se me empezó a inflamar un poco. Me auto-mediqué con Dolotrén –un antiinflamatorio reumatoide- y me eché mi crema Trombocid Forte -cuántos botes llevaré ya gastados!- esperando encontrarme pronto mejor.
El miércoles volví a la U.C.O. a correr; pero a los quince minutos me tuve que parar: un dolor insoportable en el lado interno de la rodilla no me dejó seguir. Aún así continué andando ‘cincuenta minutos más’ por la pista a buen paso –ahora escribiendo esto y recordándolo caigo en lo imbécil que he sido al hacer estos excesos estando lesionado-.
El jueves y el viernes descansé -qué menos- y el sábado me fui a andar yo solo de nuevo, desde Las Jaras, donde se llegó mi madre a visitar a su hermana. Volví a recorrer la recientemente conocida vereda de la Pasada del Pino que circunda el campo de golf de Los Villares hasta subir a Torreárboles y volver por el camino que lo rodea hasta llegar al circuito familiar de Los Villares, saliendo por el GR-48 hasta llegar de nuevo a Las Jaras en 27 km y 7 horas tormentosas de dolores y calor asfixiante. ¡Qué locura!
Pues bien, como dije anteriormente, repito, hice el imbécil: tengo unos dolores y una cojera impresionantes. Como cuando me operaron hace seis meses de menisco. Que no puedo ni subir ni bajar escaleras: ¡Cojo!
Entre tanto he visitado primero al médico que me operó, Dr. Fernando V. y la semana pasada al Dr. Antonio P., amigos ambos de mis viejos tiempos de futbolista. Fernando me miró las piernas y como no viera mucha chicha me sugirió fortalecer el cuádriceps principalmente para que la articulación de la rodilla no aguante todo el peso. Mientras que el doctor P. me ha prescrito una resonancia que me han hecho esta misma mañana y de paso ha criticado la decisión de haberme operado su colega, porque él lo juzga contraproducente. ¡Cómo en Informática, en Medicina siempre me ha parecido que estamos en pañales!
Me ha recetado unas pastillas para la artrosis -Condrosán 400- y algo sorprendente: infiltraciones de “plasma rico en plaquetas” o de “ácido hialurónico”. Infiltraciones que ya tengo programadas: para el día 30 de junio la primera, y otras dos en las siguientes semanas. ¡A 150€ cada una! Medicación al parecer no muy ortodoxa pero excelente para la regeneración del cartílago y mejorar los dolorosos síntomas de la artritis o/y artrosis. Y la verdad es que estoy bastante reticente a admitir que esa sea la mejor solución para mi pierna y que encima tenga un coste tan elevado, pues la Seguridad Social no ha dado el visto bueno a este procedimiento y no lo incluyen entre sus servicios. Al parecer el propio Nadal, nuestro más preciado tenista, acaba de ganar Wimbledon tras haber sido infiltrado de este modo un mes atrás.
Para terminar, decir que ayer cuando visité a Romerillo en su casa recién quitada su escayola, me planteó la posibilidad de salir desde Francia en el Camino, exactamente desde Saint Jean-Pied de Port y acortar el kilometraje. Debía estar delirando. De tal forma que hagamos 20 ó 25 km a lo sumo al día en nueve o diez etapas. De tal manera que el año que viene sigamos por donde lo hayamos dejado este. Con lo que en tres años terminaríamos de completarlo. Ya estoy trabajando sobre esa hipótesis. De momento hasta el sábado no haremos ambos nada. Le he sacado otro bono de atletismo de la UCO para él, de tal forma que podamos irnos el sábado juntos a andar allí despacito por el césped y a hacer abdominales juntos.
¡A ver cómo empezamos esta nueva etapa!
2 de julio de 2011: 8,15 horas.
Es sábado. Hoy iremos a la Universidad, al monte Cronos a andar y a hacer un poco de ejercicio juntos. El miércoles Romerillo volvió a creer que la mejor opción sería salir desde Ponferrada, que si le añadimos otro día a nuestras previsiones -9+1=10- en total suman 181 km; a 18 km diarios. Si no podemos con eso es que no estamos listos para hacerlo este año. Dice que le han dicho que si empezamos desde Francia, pasado Roncesvalles es todo muy seco y poco atractivo. También dicen que sería conveniente hacer dos o tres etapas antes de Saint Jean-Pied de Port, pero resulta que allí las etapas son de más de 30 km. Así que no nos va bien, para este año al menos. Además, las cosas como son, a mi me apetece este primer año llegar a Santiago al final de mi recorrido, no a cualquier otro lugar.
Por lo tanto, de momento, será Ponferrada nuestro punto de partida. La composición de los tramos de cada etapa variarían respecto a los previstos ya que los lugares de parada serían distintos. Así que habrá que mirar de nuevo albergues.
Nuestro Camino de Santiago 2011 quedaría así:

Etapa nº 1: Ponferrada-Villafranca del Bierzo-Pereje
Etapa nº 2: Pereje-O Cebreiro
Etapa nº 3: O Cebreiro-Triacastella
Etapa nº 4: Triacastella-Sarria
Etapa nº 5: Sarria-Portomarín
Etapa nº 6: Portomarín-Palas de Rei
Etapa nº 7: Palas de Rei-Arzúa
Etapa nº 8: Arzúa-O Pedrouzo
Etapa nº 9: O Pedrouzo-Santiago de Compostela

Pero aún no sabemos realmente si podremos o no estar listos para hacer el Camino en agosto.

Continuará

Documentos adjuntos a esta publicación
Fachada principal del santuario de la FuensantaLas raices del tito por La JarosaLas ErmitasRomerillo descansando en La CanchuelaCampus de la UCOEl tito en la UCO entrenandoRomerillo con el cocodrilo de la FuensantaFrigiliana al atardecerFrigiliana abajo
 
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