Ruta por Hornachuelos (23 Km)
El Extraño caso del río Guadalora. (Un trabajito para la A.R.M. Agencia Rural de Detectives)
Era cierto que Sam no me llamaba a no ser que fuera preciso; más le valdría tener una explicación razonable para sacarme de la cama a estas horas. Esperaba que fuese una falsa alarma. Todavía podría echarme un ratito en el sofá. Aún con los ojos pegados me detuve frente al ascensor y pulsé el botón. Mientras esperaba adormilado, noté de improviso una mano en mi espalda. ¡Qué susto, caramba! Me volví, para contemplar a mi jefe con cara de loco y vestido de buzo, con una chillona casaca de neopreno azulón, y sin darme tiempo a saludarlo me suelta:
–Tenemos un problema; uno de los grandes. Vamos a mi despacho y te cuento.
–Gracias, yo también me alegro de verte, sabes. –Agité mi mano en el aire y exhibí la mejor de mis falsas sonrisas–: Espero que sea otro caso Watergate, como mínimo.
–No tenemos tiempo para bromitas –me golpeó en el hombro con la carpeta que tenía en la mano–. Esto es serio, de verdad.