Recursos Inhumanos (2010)

De Pierre Lemaître (Reseña)

Recursos inhumanos
Empecé a conocer al escritor francés Pierre Lemaître (19-4-1951) con esta sorprendente novela, en lugar de hacerlo —como la mayoría— con su famosa trilogía de la Gran Guerra, la que comienza con el volumen Nos vemos allá arriba, por la que ganó el Premio Goncourt en 2013; o con su primera obra publicada en 2006, Irene (Travail soigné, en el original francés), con la que encabeza la saga policiaca del comisario Camille Verhoeven.
Yo ya había releído las sinopsis de las anteriores, descartando la galardonada por darme la sensación de estar orientada al público francés, y ya saben, los franceses son tan chovinistas... Mientras que la otra, su ópera prima, llamada en España incomprensiblemente Irene (personaje que apenas interviene en la trama), la postergué por no dejar de ser una novela de detectives quizás demasiado literaria, pues en ella se trata de resolver diversos crímenes plagiados de la ficción policiaca. Pero la cuestión principal fue que verdaderamente me atraía la temática de esta estupenda novela que tiene ya más de diez años. Primero porque creo que el tema laboral —aunque no lo parezca— es uno de los temas más atractivos para los lectores, en el que resulta fácil ubicarse y empatizar con los personajes; y sobre todo porque despierta en la mayoría de nosotros ese espíritu combativo y revolucionario que todos llevamos dentro, siempre vinculado a nuestras responsabilidades familiares, por el que seríamos capaces en determinadas circunstancias de comprender, aceptar y, no digo ya alentar, sino hasta poner en práctica las mayores iniquidades. Este libro, por si a alguno le interesa, es un verdadero manual para el más osado vengador de la clase obrera.
La novela se centra en un personaje en paro de edad avanzada, en la última década de su vida laboral. Un trabajador altamente cualificado, director de recursos humanos de una gran multinacional, despedido incomprensiblemente por un reajuste de plantilla. La historia la cuenta en primera persona el afectado, cuando hace ya dos o tres años de su despido, y se da cuenta del brusco cambio que ha dado su vida personal. Pero no es hasta que se siente completamente humillado por no poder afrontar las actuales situaciones cuando decide reaccionar con todas las consecuencias. Y entonces el humilde y sumiso desempleado se transforma en el más temible villano: inteligente, inconformista, calculador y despiadado, en pos ahora de algo más que el respeto y la dignidad perdida con su empleo. Un personaje atormentado con tantos matices que sin lugar a dudas perdurará en nuestro recuerdo, junto a aquellos otros —tal vez— que Jorge Luis Borges incluía en su historia universal de la infamia.
La trama parte de un hecho concreto —absolutamente imprevisible y fantasmagórico— que tiene lugar hacia la mitad de la obra, dividiendo el escritor en tres grandes partes la historia: ANTES, DURANTE Y DESPUÉS de ese hecho que marcará el destino de nuestro héroe, cada una de las cuales está repleta de emocionantes y adictivos capítulos.
Lo demás es el estilo efectista y demoledor de Lemaître, de lo cual esta presentación del protagonista, al final del primer capítulo, es solo un ejemplo:

« [...] Mehmet se puso a gritar. Me agaché, y en ese momento me dio una patada en el culo. Eran poco más de las cinco de la mañana.
Me llamo Alain Delambre y tengo cincuenta y siete años.
Soy un directivo en paro».

La novela es un thriller policiaco y psicológico fuertemente influenciado por el thriller cinematográfico, por no decir una historia preconcebida para la pantalla —lo que Lemaître negaría, seguramente con razón—. Un thriller en el que no podían faltar frecuentes situaciones de tensión y violencia explícita, rematadas por el consabido tiroteo y alguna persecución alocada —rancia y paradójica herencia del cine mudo—. Sin embargo, lo que le da enjundia y valor real a la historia es que la obra en ningún momento está concebida en clave humorística, a pesar de las múltiples escenas inusitadas y surrealistas, quizás porque la novela está basada en hechos reales y es una crítica atroz contra la inmoralidad del mundo empresarial y un ejemplo más —aunque extremo— de los perversos efectos del dinero en la sociedad capitalista.
Es la novela perfecta, no en vano ha sido premiada como la mejor novela negra europea, habiendo sido traducida a más de treinta idiomas y recientemente adaptada como serie de televisión (interpretada por el controvertido exjugador Eric Cantona, verosímilmente con éxito). Por lo demás es indudable que esta gran obra debió tener no poca influencia a la hora de la concesión del Premio Goncourt 2013 a nuestro escritor, el mayor galardón editorial de Francia y, por tanto, uno de los premios más importantes de la Literatura actual.
Solo añadir que si bien la carrera literaria del autor ha estado plagada desde el principio de éxitos, a raíz de esta novela, en la que Lemaître ha demostrado que domina magistralmente la intriga, el factor psicológico y el thriller de acción policiaco, cualquier tema que aborde a partir de ahora contará con nuestro más absoluto crédito, pues la obra reseñada aquí ahora, RECURSOS INHUMANOS, en nuestra humilde opinión se merece la consideración de lectura imprescindible..., sobre todo si es usted uno de esos muchos lectores que se encuentran hoy en día en una situación laboral apurada.







JJGC
23-X-2020
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