El Cumpleaños de Superlux (2)
Relato de Ficción basado en hechos reales
La conversación con Jota nos puso literalmente en órbita. Nos dirigimos directamente a nuestro cubil para compartir las malas noticias. Allí Superming le gritaba a su compañera Supernere para que lo dejase tranquilo concentrarse en su trabajo.
- O se va esta de aquí ahola mihmo o me lalgo a Hong Kong yo solito, ¡calamba!
Ming llevaba unos días trabajando a revienta-calderas y no soportaba aguantar nada más. Dentro de su máquina, con la luz de su frontal encendida, con las manos tan sucias y gritando improperios parecía un mecánico de otros tiempos. Sin embargo, aunque el espacio estaba en penumbra, porque apenas conseguían iluminarlo un par de viejos focos que apuntaban al panel delantero donde trabajaba X.G., la visión de aquel artefacto incrustado en los muros de la habitación, sin apenas un resquicio vacío, era impresionante; un montón de hierros retorcidos, pintados en mil colores, según el humor y el capricho de Superlux, lleno de palancas y cables por todos lados, y casi listo para alojar a treinta personas, para las que habían dispuesto unos simples bancos corridos de madera.