Volvemos a nuestras rutas matutinas. Salimos desde la estación de Aucorsa en el polígono de Pedroches a las siete en punto de la mañana, de día, en una madrugada bastante fresca. La idea es recorrer uno de los senderos más bellos y desconocidos de nuestra sierra; la zona del arroyo Pedroches.
El tito pensó que podíamos preparar hoy una deliciosa ruta familiar para deleitar a los senderistas noveles. Descartamos para ello la ruta más escarpada a Santo Domingo que es la que asciende desde el Puente de Hierro por la ladera izquierda y pasa por el mirador de San José. Igualmente, rebasado el santuario de Santo Domingo, eliminamos también la opción de continuar por el camino diestro que asciende por los infernales cortafuegos hasta la pista de aterrizaje de los Villares. Con ello, sin mayor reflexión, convinimos en que suavizábamos completamente nuestra ruta, resultando apta para cualquier persona con poco o mínimo entrenamiento. Romerillo comentó entonces que aquella ruta podría hacerla hasta su suegra. ¡Craso error! Aquel que espere secretamente el mejor momento para deshacerse de ella, podrá plantearle ahora a su familia un “paseíto” por estos agradables parajes.