No han sido pocos los libros que he leído desde mi última reseña sobre “El alma de la ciudad”, de Jesús Sánchez Adalid, entre los que destacan, para los amantes de la novela histórica, “Alcazaba”, de este mismo autor, la cual no decepciona y es premio de novela histórica Alfonso X el Sabio 2.012. Mientras “El Mozárabe” discurre en Córdoba en tiempos de Alhaken II, “Alcazaba” se desarrolla en Mérida en tiempos de Abderramán II. Deseoso estoy de la publicación, el próximo año, de “El camino mozárabe”, obra que leeré para cerrar el círculo, al centrarse ésta en el califato de Abderramán III.
Dicho lo anterior, y tras haber leído también “Soy Leyenda” de Richard Matheson (estupendo); “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury (todo un clásico imprescindible); y “La Caída de los Gigantes” de Ken Follett (un auténtico folletín); he decidido dedicar esta escueta reseña al primero de los Caballos de Troya, respecto a los cuales, pues me quedé absolutamente enganchado y deslumbrado, ya he leído también el 2º (Masada) y el 3º (Saidán).