Tras las vacaciones, la semana pasada el Maestro me llamó para decirme que ha fallecido José Luis Blasco, el periodista, que hoy se celebraría un homenaje de todos sus familiares y amigos en el Tanatorio. Ya casi no me acordaba, pero hoy ha aparecido una merecida reseña de un amigo suyo en el periódico digital donde estuvo tantos años y la he estado leyendo. Por supuesto yo ya sabía que arrastraba una terrible enfermedad desde hacía tiempo, pero no puedo ir y me gustaría escribir algo. Hoy, seguramente, mientras yo pergeño estas líneas, hablarán de él las más altas personalidades del deporte y del periodismo de nuestra ciudad. Con todo merecimiento. Pues me sumo desde aquí a todos ellos.
Conocí a José Luis en su primer año de reportero, cuando pateaba, pequeñito y risueño, los rincones del viejo Arcángel en busca de la noticia, un domingo de fútbol de 1982 (a 42 años nada más y nada menos de distancia), aquel lejano día en que curiosamente la noticia era yo, y como él, a principio de temporada, yo debutaba en la Liga a la que ahora, en 2024, regresa el Córdoba, la Segunda División, con el Mallorca, Alavés, Cádiz, Murcia, Castilla (marcando a Butragueño), Barcelona Atlético y Hércules de Alicante; o como ahora, con el Castellón, el Oviedo, el Recre, el Elche o el Deportivo de la Coruña.